martes, diciembre 13, 2016

Echar de menos...



Tal vez pueden decirme que nada ha cambiado, tal vez nada lo ha hecho, aunque yo he sentido que si..
Tal vez mis ojos ya no quieren que los hagas inundarse, aunque a veces sigan llenándose, o tal vez es mi corazón que sabe que sin ti podría estar bien, solo bien, no increíble como cuando estas cerca..
Tal vez me faltó valor para irme aún sabiendo que algunas cosas me lastimaban, tal vez imaginé que sería peor morir ahogada a que tan solo me faltara el aire en ocasiones.
¿Has escuchado esa teoría de que te quedas con alguien por costumbre? ¿por miedo a estar con alguien nuevo?
No creo que eso sea lo que me sucede, pues en el pasado mis ojos se cansaron de buscar a alguien como tú, ¿pero porque no puedes cuidar lo que haces? ¡lo que dices!
¿Por qué no puedes cuidar de mí, de no echarme de donde me sacaste? ¿Por qué no cuidas de esto que he protegido por años?
¿Por qué tengo que recordarte lo mucho que tenemos? ¿Por qué tengo que tratar de que no olvides lo especial que somos?
¿Porque tengo que pedirte que cuides como me quieres?, ¿porque tendría que pedirte que no me lastimes con tus espinitas?
¿No lo ves? ¿No ves que duele? ¿no te dolería igual a ti?
Tal vez no me he ido porque no quiero echarte de menos, porque no quiero extrañar tus manos en mi cabello, tus manos en mi piel. Porque no quiero extrañar a esa persona que cada día luce como una extraña, porque no quiero extrañar la forma en la que me buscabas al  dormir.
Tal vez no me he ido porque te quiero, porque he pasado mucho tiempo cuidando de estás raíces.
¿Tu no me echarás de menos?  Porque tal vez cada día voy perdiendo eso que me hace seguir queriendo estar aquí.

martes, diciembre 06, 2016

LETTER



Inclusive cuando las palabras no me salen de la boca, aún cuando mis acciones carecen de sentido.
Sabiendo que me faltan años  para entenderme, siendo lenta en el proceso de hacerte entender a ti..
Me acostumbraste a los días en cama, a las horas de insomnio, al refresco de cola y a las noches de sushi.
Tú me enseñaste a perderme en la ciudad y a encontrarme a tu lado al dormir.
Siempre quise a alguien como tú, no te buscaba así, pero ahora lo sé.
He perdido la cuenta de los días que han sido grandiosos, de los defectos que me hiciste encontrarte y después olvidar, ya perdí la cuenta de los días que estuve sin ti pero casi puedo enumerar las veces que te he extrañado al  verte salir por la puerta de la casa.
Como cuando los planetas se alinearon, ese día en el que por fin te materializaste, el día en el que la voz detrás del teléfono se convirtió en esos dientes gigantes.
No bromeaba cuando te decía que habías volcado mi mundo de cabeza, no mentía cuando decía que sabía que tú eras para mi…
Ya me he perdido entre tus piernas y tus mentiras, me he encontrado también en esos ojos y esa sonrisa, en tus promesas bonitas.
Fueron 18 años de espera, 18 años de imaginar cómo sería tu cara, ya me enseñaste como es el mundo, no te vayas ahora que tenemos que recorrerlo.


Dicen que nada es para siempre, dicen que todo tiene su ciclo…
¿y si el nuestro no se acaba? ¿ y si seguimos sin dejarlo terminar?